jueves, 24 de octubre de 2013

EL DESCAMPAO DEL AMOR






Lunes 1 de Julio.

Ella se sentía afortunada. Nunca olvidaría este fin de semana.
Todo empezó cuando sus amigas la convencieron de salir a dar una vuelta por la zona de marcha de su ciudad.
Para una vez que podían juntarse todas, tenían que aprovechar la tarde con unas cañas en una terraza, cenar unas tapas en el bar ese donde todo está tan bueno, incluido el camarero, y luego pegarse unos bailoteos hasta el amanecer.
Hacía mucho tiempo que no se había reído tanto recordando historias pasadas, clasificando los chicos que pasaban por su estilo de peinado, o por el bulto de los pantalones.
Se habían tomado unas cuantas cervezas a lo largo de la tarde, un par de botellas de vino con la cena y los obligatorios cubatas posteriores.
Como iba un poco achispada, no recordaba muy bien en que momento había aparecido ese chico a su lado, pero parecía mono.
Se pusieron a hablar, y resultó ser un oficial de la policía nacional, a pesar de parecer bastante joven. Lo cierto es que se notaba que era deportista, se percibía que tenía un cuerpo fibrado. Seguro que el uniforme le quedaba muy bien.
En sus ratos libres se dedicaba a competir con motos de carreras, cuanta adrenalina debía derrochar en esos momentos.
La verdad es que tampoco recordaba muy bien cuando la besó por primera vez, pero fue muy bueno besando.
Estuvieron un rato besandose de manera apasionada, pero de repente él paró y se quedó pensativo. Le confesó que estaba casado, algún defecto tenía que tener, pero que su matrimonio estaba pasando por un mal momento, y que con ella había sentido algo que hacía mucho tiempo que no sentía.
En esos momentos, ella solo quería besarle, acariciarle y sentir sus brazos y su cuerpo.
Se subieron al coche de ella. No podía llevarlo a casa porque tenía familiares pasando el fin de semana en su piso.
Así que se fueron a un solar a hacer el amor apasionadamente, como cuando ella era adolescente, casi dos decadas antes. Le trajo muchos recuerdos y se sintió muy bien. Hacía mucho que no encontraba alguien con quien se sentía tan compenetrada.
Al día siguiente el la llamó. El tambien pensaba que había sido algo muy especial que recordaría siempre, pero se sentía culpable y quería darle una segunda oportunidad a su matrimonio. Llevaban tiempo juntos, y su mujer se merecía que volvieran a intentarlo.
Ella lo entendío, y pensó en la suerte que tienen algunas. Nunca olvidaría este fin de semana.
 
 
Él se sentía afortunado. Nunca olvidaría este fin de semana.
Sus amigos habían decidido celebrar la despedida de soltero del Paco en otra ciudad. Cuanto más lejos de las parientas mejor.
Llevaban todo el día bebiendo, de cachondeo y piropeando a todas las mozas que se cruzaban.
Les recomendaron un garito que tenía fama de albergar chicas guapas y necesitadas de cariño, y no les engañaron.
Se fijó en una de las chicas. No era excesivamente guapa, pero tenía buen cuerpo. Empezó el juego de las miradas, pero ella no le hacía ni caso. La que si que le miraba era la amiga, que tampoco estaba mal, así que se acercó a ella.
Se pusieron a hablar de todo tipo de tonterías. La estuvo vacilando un poco, riendose de ella. Ella hacía ver que se ofendía, pero le seguía el rollo, así que decidió atacar.
La cosa prosperó, y acabaron echando un buen polvo en el coche de ella en un descampado.
El fín de semana había ido muy bien, y el próximo tocaba la despedida del Fede en otra ciudad, un mes perfecto.
 
 
 
 
Lunes 8 de Julio.
 
Ella se sentía afortunada. Nunca olvidaría este fin de semana...